lunes, 16 de abril de 2012

Aire de Dylan de Vila-Matas: Reseña en El Cultural

Enlace a El Cultural y la reseña de Aire de Dylan de Vila-Matas


Pocos escritores conozco con trayectoria tan coherente como Enrique Vila-Matas (Barcelona, 1948). Su literatura viene abordando cuestiones particulares de una problemática literaria que confluyen en un trabajo unitario. Son jalones de ese itinerario la revisión de las convenciones de la narrativa criminal (La asesina ilustrada), la apología de la novela ligera (Historia abreviada de la literatura portátil), el elogio de los escritores que dejan de escribir (Bartleby y compañía, El mal de Montano) o la elegía por la desaparición de la edición de calidad (Dublinesca).

Aire de Dylan añade un mojón más a este repertorio. En su primera página (y tras una orientadora cita de Pierre Reverdy: “Necesito tanto tiempo para no hacer nada que no me queda tiempo para trabajar”) encontramos un escritor fracasado que participa en un congreso literario sobre el fracaso. En el congreso, este personaje y narrador escucha la intervención de un tal Vilnius, tan parecido a Bob Dylan que la gente lo confunde con el cantante. En poco espacio tenemos peregrinas noticias de Vilnius. Hijo del escritor Juan Lancastre, hace poco fallecido, pretende que su charla sobre el tratamiento del fracaso en la obra de su padre consiga la huida de todos los asistentes. Publicista fracasado y cineasta nada fecundo, aspira a ser un Oblomov, el “personaje radicalmente gandul de la novela rusa, paradigma del no hacer nada”. Como ocupación única tiene la recopilación de un Archivo General del Fracaso sobre el cual montará algún día una película. En fin, padece una infiltración real de su padre en la mente y vive escindido entre el peso de semejante herencia y su propio ser.

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