miércoles, 16 de diciembre de 2009

Momentos que pudieron cambiar la historia

Cuentan que un jovencísimo Miles Davis, criado en una familia acomodada de St. Louis, donde la música era parte de la cotidianeidad, estuvo a punto de elegir el violín antes que la trompeta. Su madre apostaba por el delicado instrumento de cuerda, mejor representante de la cultura occidental “seria” y con mucha mejor fama que el de viento, siempre asociado a un ambiente poco recomendable.
Otro momento similar vivió un joven Robert Zimmerman. El comenzar el primer curso de la Universidad de Minnesota, su padre empezó a sospechar de las intenciones de Dylan de no acabar sus estudios. Encomendó a un sobrino, Jerry, cinco años mayor que Bob, que hablara "seriamente" con él. Así hizo el primo Jerry. Trató de convencerle de estudiar y aprobar todas las asignaturas, porque de lo contrario "nunca llegarás a nada, ni a valerte por ti mismo, ni a encontrar un buen trabajo".
Afortunadamente no le hizo ningún caso, y semanas después estaba montado en un coche en direccióna Nueva York.
Años después, las universidades de Princeton y St Andrews le concedían el titulo de Doctor Honoris Causa.

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