La obra literaria de Dylan titulada Tarántula (recientemente editado por Global Rythm) es motivo de controvertidos debates entre dylanistas.
Aporto este párrafo de Mark Polizzotti en su análisis de Highway 61 revisited (editado en España por Libros Crudos), por su interés al aportar claves de lectura para adentrarse en Tarántula.
El más extenso ejericicio de este tipo, el cual un biografo describió como "ciento treinta y siete páginas de notas para el libreto de un álbum de Dylan que nunca existió", fue un largo poema en prosa finalmente publicado con el título de Tarántula. Esta maraña de visiones conectadas sin mucho rigor, más verborréica en su propuesta que cualquier cosa que hubiera escrito antes, tiene su importancia en el sentido de la cantidad expresiones que sugieren letras de Highway 61. (También puede resultar bastante graciosa, aunque la mayoría de los crítico la tachan de ilegible). A Dylan le gustan los laboratorios; para él, el proceso creativo tiene un peso mucho mayor que el producto final. Tarántula es el crisol de un nuevo estilo lírico, en el mismo sentido en que las Basement Tapes o el Never Ending Tour serían lugarse de encuentro para experimentos musicales.
De forma retrospectiva, numerosos versos saltan a la vista del lector como bosquejos de letras futuras: "el sol todavía es amarillo, algunos dirían que es pollo" (Tombstone Blues); "ahora no esl momento de hacerse el tonto" (Tom Thumb); "no importa dónde está" y " los malabaristas que te llaman por el nombre equivocado" (Like a Rolling Stone); "no puedes comprar una emoción con un dólar" (It Takes a lot to laugh); "gente quitando carteles arrugados de Jesús, ahí, en la autopista 61 (Highway 61); "Drácula fumando un cigarro y comiéndose a un ángel" (Desolation row).
El texto marcha hacia delante pisando a fondo el acelerador, ocn una energía debidamente evocadora de Kerouac y Ginsberg, poniendo de manifiesto lo controladas y constreñidas que podían sona en comparación cacniones como The lonesome death of hattie carrol. Tarántula fue contratada por la editorial Macmillan en 1964 con el fin de rentabilizar la fama creciente de Dylan, pero finalmente se les fue de las manos tanto a la editora como al autor, pues lo que en principio iba a ser una auobiografía libre pasó a convertirse en un aullido contra la camisa de fuerza lírica que Dylan se había impuesto a sí mismo.
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