No había posteado nada sobre la nueva exposición de pinturas de Dylan en la galería Gagosian de Nueva York, primero porque me parece una asunto nada relevante, y segundo porque, y ya desde aquí así me he pronunciado, no veo nada de maravilloso ni nada que se acerque a la belleza en su obra pictórica, más allá de la anécdota que, como fan, siempre me parece relevante.
Su obra es una especie de acercamiento kitsch, un pasatiempo de un genio como compositor, que tiene tanto que decir dentro que prueba otras formas de expresión artísticas, dejando claro que es un gran compositor... de música.
En Nueva York expone una serie de pinturas tituladas The Asian Series, después de haber expuesto en Dinamarca The Brazilian Series. La cosa va de que Bob en sus giras también tiene tiempo para entretenerse con sus pinturas.
Zapatero a tus zapatos habría que decir, pero la noticia que se repite en numerosos sites de internet es el supuesto plagio de Dylan a una fotografía de Dimitri Kessel.
El parecido es más que razonable. Se puede ver en cualquier portal.
La cuestión antes de lanzarse en plan Joni Mitchell, está en reflexionar sobre el asunto. Estamos ante un pintor amateur, y como buen aficionado, los modelos a reproducir son la realidad y otras obras. Así es como el arte se ha desarrollado, ha progresado, porque el hombre es capaz de sacar de lo particular la regla general, y así dar un paso más.
A mi no me escandaliza en absoluto, salvo el momento un poco tenso que han debido pasar en la galería al descubrirse el asunto.
A Dylan no creo que ni le importe. No es la primera vez que se le llama plagiador. Pero, como en todos los momentos que se le ha acusado de no ser original, la respuesta es la misma: así crea el hombre, nadie crea de la nada. Bueno, tal vez sólo uno...
No hay comentarios:
Publicar un comentario