- La música caminaba entre Dylan y Cohen, pero también entre Bowie, aunque menos.
Es que es muy importante. Abre una dimensión distinta en la música y la letra de nuestro tiempo. Una canción de Bowie te hace distinto después de escucharla. Además se reinventaba a sí mismo constantemente. Su disco ‘Hunky Dory’ o canciones como ‘Heroes’ siguen dando ganas de bailar, aún con los años.
- ¿Es una novela de un tiempo o pueden mirarse en ellas otras generaciones?
Creo que las generaciones posteriores pueden aprender. Y no solo eso. También descubrirán cosas que no habían pensado y confirmaran otras que sí. Es un libro transversal, que efectivamente es el de la juventud de mi generación pero la juventud es algo que todo el mundo ha vivido y la música es la misma. Es un libro donde distintos lectores pueden contar muchas cosas, no digo la totalidad, de lo que vivieron o desearon vivir. Obviamente, no se vivió todo porque las circunstancias socio políticas eran otras, pero no es un libro exclusivista que se cierre en un periodo histórico. Es literatura porque es universal, y no hay una sola España e los setenta.