Se ha escrito muchísimo sobre el paso a la "electrificación" de Dylan, sobre su traición al folk, sobre Pete Seeger cortando con un hacha los cables en Newport hace 50 años...
Y precisamente por cumplirse esa redonda fecha acaba de publicarse "Dylan goes electric!", escrito por Elijah Wald que parece que afronta el tema con una mayor complejidad. ¿Dylan estaba apuntando un nuevo futuro? ¿o estaba mandando a Seeger al pasado?
Leer aquí
viernes, 24 de julio de 2015
martes, 21 de julio de 2015
Señor Zimmerman, es usted hosco, distante, esquivo y genial. Vuelva pronto
Álvaro Lozano Sol publica en La Nueva España la columna de opinión El judío errante, siguiendo la estela de diálogos, discusiones y peleas desde la última visita de Bob a España.
viernes, 17 de julio de 2015
Vídeo de Blind Willie McTell, del concierto en Locarno el 15/7/2015
Gracias a Reto Hochstrasser por publicar este vídeo en youtube, de Blind Willie McTell.
Muchos habríamos dado un brazo (o algo) si hubiera estado en el set list de los conciertos españoles
Habrá que conformarse con este vídeo, que tiene un sonido más que aceptable
Muchos habríamos dado un brazo (o algo) si hubiera estado en el set list de los conciertos españoles
Habrá que conformarse con este vídeo, que tiene un sonido más que aceptable
jueves, 16 de julio de 2015
Genial artículo de Loquillo, respondiendo a los "decepcionados" con Bob Dylan
Loquillo publica un post titulado "Never Ending Tour" en su blog La nave de los locos en El Mundo, sobre las "decepciones" que ha provocado la última gira de Bob Dylan en España.
El artículo es para enmarcarlo y repasarlo de vez en cuando.
Os dejo aquí algunas citas:
El artículo es para enmarcarlo y repasarlo de vez en cuando.
Os dejo aquí algunas citas:
- Bob se ha paseado con su 'sleeper' por la piel de toro y ha dejado su impronta como un tequila reposado en la que para mí ha sido la mejor visita de las que yo recuerde.
- Dylan siempre fue por delante, lo ha sido todo antes que nadie.
- ¿Hits? ¡Que se vayan a un karaoke!... Es una pensamiento recurrente entre la profesión cuando te encuentras con un público que ignora lo que va a ver o con un becario que le toca escribir la crónica de un concierto de un artista que desconoce.
- A Dylan ya no le hace falta cantar sus hits, tiene un ejército de imitadores que ya lo hace por él. Es como si salvaguardara su legado de tanto advenedizo ofreciendo algo que sus clones jamas alcanzarán: ser el último de su estirpe
- Porque, si algo queda claro en el Bob de este 2015, es que resume en dos horas los sonidos mas cavernosos de lo que aquí conocemos como música americana
- De paso reivindica su legado musical de esta ultima década, pero el cabrón está enseñando el camino de nuevo y tú no te enteras
miércoles, 15 de julio de 2015
Calamaro (telonero de Dylan en San Sebastián): "Para nosotros fue una lección magistral"
Andrés Calamaro viajó especialmente desde Buenos Aires a San Sebastián para telonear a Dylan durante 40 minutos. Ahora ha contado algunas experiencias.
Aquí algunas de sus frases literales... y sí, comparen, comparen con otros teloneros...
Aquí algunas de sus frases literales... y sí, comparen, comparen con otros teloneros...
- “San Sebastián superó nuestras expectativas porque sencillamente no esperábamos un público entregado con nosotros”
- “Un Dylan tan inspirado y perfectamente entregado a una interpretación generosa, como quien pasea con honor un testamento musical y vital, nos hacía suponer que no era nuestra la noche y podríamos habernos limitado a cantar lo mejor posible para el tibio aplauso de los ‘Friends of Bob’… Pero fue una sorpresa encontrarnos con un público respetable entusiasmado y entregado”.
- “Una noche perfecta. Para nosotros fue ‘mejor imposible’ y para aquellos que esperábamos escuchar (y ver) a Bob Dylan, también. Porque fue una clase magistral de quien ya, de por sí, es un maestro y una leyenda viviente. Y el concierto que ofreció colmó las expectativas. Una interpretación profunda, inspirada y total”.
martes, 14 de julio de 2015
Mi vida se llama Bob Dylan (Benjamín Prado)
Mi vida se llama Bob Dylan
Benjamín Prado
Hay senderos que son una respuesta al bosque,
hay palomas que mueven los mares de la luna,
hay palabras que corren por la piel como ríos,
porque existe Bob Dylan.
Hay huellas donde pueden leerse los desiertos
hay mujeres que sueñan con pirámides rojas,
hay canciones que tallan dioses en nuestro oído
porque existe Bob Dylan.
Hay jinetes que huyen con el sol en los ojos,
hay corazones tristes donde muere un océano,
hay caballos que agitan un polvo de otro mundo
porque existe Bob Dylan.
Hay hombres que transforman los sueños en dianas,
hay demonios ocultos en la hoja del cuchillo,
hay versos subterráneos en los papeles rotos
porque existe Bob Dylan.
Hay mañanas y noches
porque existe Bob Dylan.
Hay planetas y oxígeno
porque existe Bob Dylan.
Hay veranos e inviernos
porque existe Bob Dylan.
Porque existe Bob Dylan
hay fruta y hay leones.
Porque existe Bob Dylan
hay silencio y mercurio.
Porque existe Bob Dylan
hay antes y hay después.
Yo nunca he estado solo
porque existe Bob Dylan
Benjamín Prado
Hay senderos que son una respuesta al bosque,
hay palomas que mueven los mares de la luna,
hay palabras que corren por la piel como ríos,
porque existe Bob Dylan.
Hay huellas donde pueden leerse los desiertos
hay mujeres que sueñan con pirámides rojas,
hay canciones que tallan dioses en nuestro oído
porque existe Bob Dylan.
Hay jinetes que huyen con el sol en los ojos,
hay corazones tristes donde muere un océano,
hay caballos que agitan un polvo de otro mundo
porque existe Bob Dylan.
Hay hombres que transforman los sueños en dianas,
hay demonios ocultos en la hoja del cuchillo,
hay versos subterráneos en los papeles rotos
porque existe Bob Dylan.
Hay mañanas y noches
porque existe Bob Dylan.
Hay planetas y oxígeno
porque existe Bob Dylan.
Hay veranos e inviernos
porque existe Bob Dylan.
Porque existe Bob Dylan
hay fruta y hay leones.
Porque existe Bob Dylan
hay silencio y mercurio.
Porque existe Bob Dylan
hay antes y hay después.
Yo nunca he estado solo
porque existe Bob Dylan
lunes, 13 de julio de 2015
Bob Dylan y los claveles de Julia Pons Montero
La historia ya la conocíamos, pero el Independiente de Granada cuenta que se ha repetido en el concierto de Bob en Granada. Resulta que Julia Pons Montero ha vuelto a lanzar dos claveles a Dylan durante el concierto, como ya hiciera en el 2004 y 2009, y de nuevo fue un gesto que el de Minesota agradeció.
Aquí la protagonista cuenta la historia
Aquí la protagonista cuenta la historia
viernes, 10 de julio de 2015
Eric, de Los Evangelistas, cabreado como una mona con Dylan
Eric, de Los Evangelistas, que con Soleá Morente fueron teloneros de Dylan en Granada (a mi juicio los teloneros más interesantes de los conciertos españoles), ha publicado en su facebook una carta abierta a Bob. En ella se queja amargamente y acusa a Dylan de mandar que en su actuación no les dejaran preparar debidamente el sonido, para que por comparación. la gente se vaya pensando que es mejor. Dice así:
Vamos a ver. Algo tiene que haber porque no fue normal en Madrid la diferencia entre la mierda de sonido de Los Lobos y Dylan. Pero de ahí a pensar que Bob necesita eso para luego salir ganando... Con todos los respetos, el viejo huraño no sabrá quién narices son Los Evangelistas en la vida. Seguramente se lo pierde, pero eso es así.
Y la despedida de Eric, pues... viendo que Bob no para de cumplir años, que en las sucesivas giras va faltando gente, y que sobrevive a sus fans...
“Querido Dylan. Con el prestigio que usted tiene y el gran talento, qué necesidad tenía de no dejar probar sonido a los invitados, desconectar el 80% de los altavoces, descompensar el equipo para que la gama de frecuencias sea horrible, cambiarnos de camerino para que no nos crucemos y mandar en cada canción a gordos gorilas americanos amenazando a nuestros técnicos de manera violenta…
Luego aparecerá algún listo diciendo qué diferencia de sonido entre los guiris y los Granadinos. Esto no es limpio. Vaya con el puto hipoteca que entollado… para eso quieren las estrellas los grupos invitados para machacarlos y que tenga la gente un punto de referencia y ellos queden como el ejemplo de sonido perfecto… En cuanto a su interpretación me pareció magistral, ya me hubiese gustado escucharlo en las condiciones que mis compañeros y yo tuvimos que tocar. Para eso lleva tanto personal para que nos partan la boca si intentamos dar un concierto digno en la ciudad donde nos ha visto crecer?
Querido viejo uraño, “BAILARE SOBRE TU TUMBA””.
Vamos a ver. Algo tiene que haber porque no fue normal en Madrid la diferencia entre la mierda de sonido de Los Lobos y Dylan. Pero de ahí a pensar que Bob necesita eso para luego salir ganando... Con todos los respetos, el viejo huraño no sabrá quién narices son Los Evangelistas en la vida. Seguramente se lo pierde, pero eso es así.
Y la despedida de Eric, pues... viendo que Bob no para de cumplir años, que en las sucesivas giras va faltando gente, y que sobrevive a sus fans...
jueves, 9 de julio de 2015
Dylan en Granada: cambio en el set list, "I'm a fool to want you"
Dylan ayer actuó en Granada con un cambio respecto del set list de Barcelona, Zaragoza y Madrid
(bises)
1. Things
Have Changed
2. She
Belongs To Me
3. Beyond
Here Lies Nothin'
4.
Workingman's Blues #2
5. Duquesne
Whistle
6. Waiting
For You
7. Pay In
Blood
8. I'm A
Fool To Want You
9. Tangled
Up In Blue
(intermission)
10. High
Water (For Charley Patton)
11. Simple
Twist Of Fate
12. Early
Roman Kings
13.
Forgetful Heart
14. Spirit
On The Water
15. Scarlet
Town
16. Soon
After Midnight
17. Long
And Wasted Years
18. Autumn
Leaves
(bises)
19. Blowin'
In The Wind
20. Love Sick
miércoles, 8 de julio de 2015
Algunos vídeos del concierto de Madrid
Gracias a Francisco Javier Moreno, podemos ver en youtube algunos vídeos del concierto de Bob en Madrid
El arranque de Things have changed La estupenda Workingman's Blues #2 A lo Sinatra Los bises (Blowin in the wind, gracias a Alejandro García)
El arranque de Things have changed La estupenda Workingman's Blues #2 A lo Sinatra Los bises (Blowin in the wind, gracias a Alejandro García)
Bob Dylan y un señor de Tarragona
Llegaba el momento de los bises en el concierto de Bob Dylan en Madrid el pasado lunes. Sabíamos que eran los bises porque sí, repetía set list. Y quizá por eso lo estábamos disfrutando más. En ese momento, mini de cerveza en mano, me atrona un grito "¡qué decepción!, ¡qué estafa!, ¡80 euros para esto!, ¡Me lo pasé mejor viendo a AC/DC!". Ya tenemos al pelmazo de todos los conciertos de Dylan. Siempre hay alguien que, con un par de cervezas más de la cuenta, monta el numerito de gritar lo mismo en los conciertos de Bob (seguramente es el que gritó "Judas" al principio, otro clásico de los que van a llamar la atención).
Nos jorobó bien el difrutar tranquilamente de Blowin' in the wind y de Love Sick. Por lo menos los berridos eran solo al final y al principio de las canciones, y por supuesto en el aplauso final.
Me di la vuelta y le pedí que dejar de fastidiarnos el final del concierto. Ni caso, claro. Una vez terminado y saliendo del Palacio de los Deportes, me lo encuentro y no pierdo la oportunidad de recordarselo. Es verdad que le veo afectado, negando con la cabeza hacia abajo. Me pide perdón, se justifica diciendo que viene de Tarragona, que se ha hecho 600 kilómetros, que le regalaron las entradas como regalo de bodas (esto me parece que fue añadido suyo furto del alcohol en sangre y para intentar dar más dramatismo), que tiene todos los discos de Dylan, que le hacía mucha ilusión este concierto y que para él ha sido una decepción. Después de charlar un rato se me pasan las ganas de estrangularle que me entraron unos minutos antes.
Pero el señor de Tarragona personifica bien algunas de las objeciones que oí el lunes y ayer a algunos de los que fueron al concierto.
Podemos resumirlas en estos puntos:
Nos jorobó bien el difrutar tranquilamente de Blowin' in the wind y de Love Sick. Por lo menos los berridos eran solo al final y al principio de las canciones, y por supuesto en el aplauso final.
Me di la vuelta y le pedí que dejar de fastidiarnos el final del concierto. Ni caso, claro. Una vez terminado y saliendo del Palacio de los Deportes, me lo encuentro y no pierdo la oportunidad de recordarselo. Es verdad que le veo afectado, negando con la cabeza hacia abajo. Me pide perdón, se justifica diciendo que viene de Tarragona, que se ha hecho 600 kilómetros, que le regalaron las entradas como regalo de bodas (esto me parece que fue añadido suyo furto del alcohol en sangre y para intentar dar más dramatismo), que tiene todos los discos de Dylan, que le hacía mucha ilusión este concierto y que para él ha sido una decepción. Después de charlar un rato se me pasan las ganas de estrangularle que me entraron unos minutos antes.
Pero el señor de Tarragona personifica bien algunas de las objeciones que oí el lunes y ayer a algunos de los que fueron al concierto.
Podemos resumirlas en estos puntos:
- No se reconocen las canciones. A consecuencia de ello, no se puede ni tararear siquiera.
- El set list no suele ser el de su ejemplar de los Greatest Hits (en la mayoría de los casos es el único disco de Dylan que tienen).
- Sufren las confusión de que Bob Dylan ha sido siempre y lo será un cantautor protesta, y esperan consignas y guiños desde el escenario.
- Se quejan amargamente de que la camiseta de la tienda oficial cueste casi seis mil pelas. ¡Maldito Bob que mercantiliza todo! ¡yo que quería comprarme el equipo completo (y eso seguro que me habría ayudado a pensar que había sido un mejor concierto)!
- Braman porque las pantallas del estadio no funcionaron (¿Nadie se ha parado a pensar si se llegan a encender los pantallones esos que había a ambos lados se habría ido al carajo el precioso ambiente del escenario? ¿Por qué no disfrutar más de lo que sucedía en vez de querer alimentar la curiosidad de ver qué cara ponía Dylan?)
Mi diagnóstico se basa sobre todo en que se mezcla un desconocimiento total de la obra de Bob Dylan, pero sobre todo una actitud ante el arte extrapolable a otros ámbitos culturales: una absoluta incapacidad para asombrarse, para conocer, para descubrir. Que provoca que sólo se acepte lo fácil, lo que entra a la primera, el "buenas noches, Madrid!!!" y luego que suene como suene.
Con Dylan amigos, nos encontramos con un creador mayúsculo, inmenso. Al que no le valen los esquemas que tenemos con otras estrellas.
Existen cientos de grabaciones con la ingenuidad y la sinceridad de los 60, con la fuerza de los 70, con la emoción de los 80, y con la precisión de los 90. El siglo XXI es el que nos ha tocado coincidir con Dylan, así que sabiendo que la realidad es testaruda, disfrutemos de este Bob, no de otro que no existe hoy en vivo. No queramos usarle. No pretendamos un mono de feria que nos entretenga. Admitamos a un viejo de 74 años que sigue provocando.
Espero que el señor de Tarragona haya ido en el viaje de vuelta masticando lo que fue, verdaderamente, un gran concierto.
martes, 7 de julio de 2015
Bob Dylan, a man for all seasons (Madrid, 6 de julio de 2015)
Y eso que el personal del Palacio se empleó en llamar la atención si sacabas el móvil para una foto |
Pero es que estamos ante un músico de raíz. El árbol de las canciones. De aquí sale todo lo demás.
Los Lobos, con un pésimo sonido, nos amenizaron la espera con algún guiño a Grateful Dead, y con concesiones al público con Volver y la Bamba.
Dylan se presentó en Madrid con su excelente banda y nos hizo pasar una de las mejores veladas que muchos recordamos.
Lo hizo en el Palacio de Deportes (ahora se llama como un banco), con un personal de sala amable para indicarte tu butaca, pero demasiado cansino con llamar la atención si hacías una foto (¿qué tal si os empleáis mejor en apagar los luminosos de anuncios de tarjetas de crédito, mandar callar a los pelmazos que hablan en la parte de atrás, o evitar que los necesitados de atención griten chorradas?).
Sí, repitió por tercera vez set list (hat trick), pero es que vaya conjunto de canciones. Si me hubieran preguntado antes no habría dudado: las quería escuchar otra vez.
Bob consiguió transformar el Palacio de los Deportes en un bar de blues. Un ambiente íntimo con un sonido excepcional. Así da gusto ver un concierto. Y disfrutarlo. ¿Quería usted que Bob le interpretara el Greatest Hits que atesora en su discoteca? Error, no era el día, ni el artista. ¿Quería usted que Bob saliera con guitarra y armónica, cantara Los tiempos están cambiando y saludara a Pablo Iglesias desde el escenario? Error!, no sabes quién es Dylan. Vaya usted a manosear a otro cantante, que este señor de 74 años no se deja comprar.
A cambio arrancó con un majestuoso Things have changed (sí las cosas han cambiado) cuyos primeros acordes recordaban al clásico Jolene.
Sombrero de ala ancha, levita, brazos en jarra, como para empezar un duelo. Armónica en mano, no tocó su Fender, a la que yo creo que por prescripción médica no le dejan colgarsela. Durante el concierto alternó el piano, demostrando ser un gran interprete.
Y después una versión fantástica de She belongs to me (Ella es mía! a ver si os enteráis y disfrutáis), con un espléndido solo de armónica.
Después vinieron Beyond Here Lies Nothing, y sobre todo Workingman’s Blues #2, uno de los puntos álgidos del concierto. La voz de Dylan resonaba como la de un profeta.
Con Duquesne Wistle la banda demostró contundencia, con un arranque para recordar. Leo en alguna crónica que Dylan no le tiene pillada la entrada a esta canción. Pues mirad, yo no lo comparto.
Después Dylan acometió Waiting for you al piano, y Pay in blood con voz de predicador.
Y llegó otro clásico, Tangled up in Blue, de ese disco imprescindible que es Blood on the tracks. Terminó y comenzaron a sonar los acordes de I'm a fool to want you, pero rápidamente tornaron en los de Full Moon and Empty Arms, la primera visita a su último disco de homenaje a Sinatra.
Y llegó el descanso, del que avisó el propio Dylan. Hubo algunos casos de pánico en la sala, pero gracias a este intermedio, el concierto pudo contar con más canciones de las que habría interpretado Bob de haber hecho todo de corrido.
A los 15 minutos Bob no espera a nadie y ya estaba a todo trapo con Highwater, y casi sin descanso , Simple Twist of Fate, otra obra maestra de Blood on the tracks.
Tras este par, entramos en un ambiente más íntimo, a lo que ayudó mucho la bellísima iluminación. Early Roman Kings (la canción más floja del concierto) podría haberse quedado fuera, pero estábamos ante otra cumbre del concierto: la versión estremecedora de Forgetful Heart con Garnier tocando el contrabajo con arco. Le siguen una triada recia con Spirit On The Water, Scarlet Town, y Soon After Midnight, para desembocar en esa maravilla que es Long and Wasted Years, seguida de una delicatessen: Autumn leaves.
Aquí cada uno se descubrió. Y aparecieron los pesados de turno de cada concierto de Bob, que fueron acallados pertientemente.
Los bises fueron un Blowin’ in the Wind con Bob al piano y Garnier meciéndonos con su bajo, y Love Sick que con todo merecimiento es ya obra maesta y no "canción de sus últimos discos".
Este es Bob Dylan, un hombre para la eternidad. Músico, artista, genial interprete. Raíz y copa.
Enlaces de interés:
- Set list
- Crónica de Aberto Bravo en La Razón: Una nueva voz para seducir
- Crónica de Fernando Neira en El País: pero sigue siendo el rey
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